El Gato Viejo

A un lado de las vías del tren que llega a Retiro, a la altura de la Avenida del Libertador y Suipacha, circulando por una camino de tierra y adoquines, opera un bar llamado “Gato Viejo”,  que no es más que un galpón ferroviario y también el bodegón de Carlos Regazzoni, un reconocido artista del reciclaje.

De este establecimiento gastronómico atípico con apariencia de mercado de pulgas, emanan olores desde la cocina muy agradables, así que no te dejes engañar por su aspecto. Sus calderos de hierro evocan la comida hecha en el campo, que es básica y deliciosa. No esperes que los platos estén sobre un mantel, porque todo el mobiliario es rústico.

En “Gato Viejo” se come lo que Regazzoni desee, como por ejemplo: paellas de mariscos, empanadas, calamaretis a la sartén, cintas caseras con un ragú de rabo de buey, entre otros platos que siempre están acompañados con mucho vino. Abre solamente los jueves, viernes y sábado durante la noche. Es recomendable llamar antes de dirigirte hacia allá, y aunque su aspecto pueda sugerir que es un sitio “precario”, realmente es un lugar culto donde concurren personas con espíritu bohemio y amantes del arte.

Av. del Libertador 405, Buenos Aires, Argentina