No sé si podré vivir de la poesía pero espero que la poesía pueda vivir de

Bueno, siempre me pasa lo mismo cuando tengo que elegir donde colocar mis post pero tiendo hablar de cuestiones artísticas, soy una poetisa, así que supongo que puede ir acá.

Hace tiempo que no posteo nada y es, quizás, más por otras personas que por mí. Es más fácil si explico un poco, aún que no se si interesa...

Sucedió ya hace un tiempo (antes de que empezara la pandemia) que mi pareja me dijo que sería mejor si podía escribir un libro que solo publicar al azar por internet, lo cierto es que no estaba muy segura aunq si me gusto la idea de compartir me en otros lugares (cosa que con la pandemia se fue al tacho). Paso el tiempo, no lo hice pero dejé de poner cosas también, por las dudas, por los derechos de autor y esa burocracia que no es mía pero a la que tengo que hacerle algo de caso. Al final resulta que no llegué a ningún lado, aunq si recopile un libro, y si escribí mucho durante la pandemia... pero la poesía no es un arte muy valorado o, como creó, al que la gente se logre animar lo suficiente.

Para escribir poesía une/a/o tiene que intentar canalizar un sentimiento y eso es muy difícil, es difícil contar situaciones aveces (en los cuentos) o hablar desde la imaginación (en una historia) pero enfrentarte a un sentimiento, no te alcanzan las palabras muchas veces, pero aún así hay quienes lo intentamos, y también es difícil que otros quieran enfrentarse a sí mismos leyéndolo.

No sé, y parafraseo un poco, "lo único que se es que no sé nada". Este fue uno de los pocos lugares en los que me encontré cómoda habriendo mi mentes, compartiendo mi esencia, y tentando al que pasé.

No sé si podré vivir de la poesía, pero espero que la poesía pueda vivir de mí.

¿Vale la pena penar por un miedo ajeno? Hay quien mire mis aguas y se logre reflejar ¿y aún así tenga la soltura de amar lo que encuentre? que besé un recuerdo extraviado de a ratos, que hurge en su miseria más hermosa por un susurró que le suelto en este giron de bits... No sé si extraño al viento surcar mí vuelo, o si es que añoro enseñar a volar o mostrar en voz alta qué cada piedra del camino está hecha para vernos pasar.