Olvidaste
Que mí alma está tallada con delicadeza
Enmendada con toda clase de artimañas
Que mis movimientos
Son comedidos
Que sino percibo un tenue reflejo de mis sentimientos
Mí corazón se encoje
Y no puedo más
Que la melancolía serpentea por mis días
Que la vorágine de emociones
Turba mis sentir
Olvidaste
Que el dolor camina conmigo
De la mano
Sin titubear
Que debajo de mí almohada
Se ocultan dramas por montón
Que los destellos inconstantes de atención
Jamas llenarán el vacío de mí espíritu
Olvidaste que en mis victorias
Subyacen momentos oscuros
Que hasta mis valentías más osadas
Necesitan un cómplice.
Que tus lamentos
Más los míos hacen una maraña de calamidades
Un ovillo de desgracias
En esta existencia errante.