NADA ES PARA SIEMPRE

Hace poco más de dos años que me separé de una pareja con la que conviví durante 16 años y con la cual tuve a mi hija.

Tenía dos opciones: considerarme una fracasada por el fin mi relación, por haberse desmembrado mi familia, porque mi hija ya no iba a ver todos los días a su padre.. y rebozar de odio contra mi ex y echarle toda la culpa del fracaso, pintar una situación en la que yo fuera la dama impecable y mi ex tuviera todos los defectos y las culpas.

La otra opción, la que marcó el camino que tomé, fue la de entender que NADA ES PARA SIEMPRE, que vivir nunca es fracasar sino aprender, que las relaciones algún día terminan, y que lo importante es haber vivido auténticamente, haciendo que valiera la pena cada día, y que si llegaba el día en el que ya no nos eligíamos mutuamente, había que afrontar que la relación no debía continuar. Y valorar el haberme enamorado, el haber tenido la posibilidad de ser madre, el agradecer todos los buenos momentos compartidos, porque esa persona a la que amamos y elegimos, no puede pasar a convertirse en la peor escoria de la tierra simplemente porque se acabó el amor.

No me arrepiento de nada de mi pasado, viví un amor que valía la pena haberlo vivido, y se acabó. No sé qué traerá la vida, si algún día me volveré a enamorar, pero lo que si sé es que no se trata de estar con alguien por miedo a la soledad (o para no estar solo con vos mismo) y estar sola sin pareja puede ser el futuro.

De eso se trata el encanto de la vida: no sabemos qué está escrito en las páginas siguientes.