Poesía Buenos aires  28 mar 2018

A CUESTAS

Debajo de todo,
traigo las angustias
de las películas de finales felices
que no existen,
las ganas de serte
una llovizna de besos.

Traigo el amor
hecho un saco de huesos,
hecho excusas mundanas
para no invadirte.
Amores tuyos
-o mejor dicho de nadie-
de todos los colores,
hechos trizas a mazazos,
a oscuras y en silencio,
para no desesperarte.

Traigo en las manos
las cabezas cortadas
de los dioses del olimpo.
Traigo las ganas lejanas
de no ser lo que soy,
-Aunque no soy lo que he sido-.

Traigo la furia natural
de los aluviones,
traigo la mirada indefendible
de los temblores.
Traigo un listado de las cosas que traigo,
(porque se me da bien hacer el ridículo,
y se me da mejor repetirme,
aunque raras veces en mejores versiones).
Así es que traigo también
esos manotazos que intentan,
que no consiguen,
aferrarse a Daríos mejores.

Traigo las cuerdas cortadas,
traigo teclas rotas,
gargantas mudas desafinadas
gruñidos de bestia bruta incontenibles.

Traigo la nada hecha carnes,
los odios impasibles,
¡siempre de clase hechos venas,
los lamentos despellejados,
de quejidos en los huesos,
como alaridos sordos.

Traigo pasos desvanecidos
en fantasmales recuerdo de caminos
que no he podido transitar, pero quise.

Traigo mis miedos, mi yo cobarde,
encadenado y a rastras.
Traigo los violines de los demonios
de la tristeza.
Traigo la orquesta mágica
de la oscuridad infraterrena.
Traigo el cuchillo de los suicidios
para sacrificar lo que amo
en el altar de lo imposible,
una entre tantas formas de suicidarse
sin morirse, de batallar en cada día.

Suenan tambores lejanos
que presagian nuevas guerras,
será hora de ir levantando
nuevamente las barricadas obreras,
acordonando con nudos firmes
las esperanzas de vencer
para no perderlas,
atesorar las palabras últimas
de los amores efímeros junto al pecho.
Aunque confieso que las propias
siempre se me pierden en mares
de olvidos nunca calmos.

Resguardemos los besos,
protejámoslos del estruendo
como a los niños inocentes
que mal cuidamos
de la desesperación y el hambre.

No traigo la espada libertaria,
pero preparo mis manos
para su llegada venidera.
Y mi conciencia de clase
para ser digno de ella.

Los esclavos insurrectos se dispersan,
corren sin dirección,
dicen que el tiempo apremia.
Pero sus gritos no hacen eco
en los oídos de los que aun duermen
el sueño de la alienación.

Y yo, yo solo traigo una mochila roja
llena de mis partes sin encajar,
¡y un listado ridículo de ellas
Los abrazos dispuestos,
y las miradas profundas
de un extraño y duro ser
que día a día
se sobrevive a sí mismo.

DDD

PD: La idea es ir posteando algunas cosas en distintos grupos. No determina nada más el sector. Denle "seguir" al perfil si acaso interesa enterarse de futuros poemas. Salud.



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Romina Que lindo! :D Mi parte favorita: -Resguardemos los besos,protejámoslos del estruendo como a los niños inocentes que mal cuidamos de la desesperación y el hambre-
29/03/2018
Dario Daniel Graciaaaaaas. Siguen saliendo bastante forzados. Jajaja. Se me fue la hora con el entreno. Para variar. Que descanses muy bien. ¡Besos!
29/03/2018
Vale Bravo Darío ..Excelente..!!👏👏 ..
29/03/2018
Dario Daniel ¡¡Gracias Agoss!! (Mucho por mejorar igual...)
29/03/2018
Vale Dale que vas por buen camino!!
31/03/2018
Dario Daniel ¡Gracias Verónica! Motiva a escribir que haya quien pueda darse el tiempo de leer estos humildes versos tan sencillos.
05/04/2018
Dario Daniel Eeeeh. Eso es de otro poema. Jajajaj. Vero, qué genial. Jaja.
06/04/2018
Dario Daniel ¡Muchas gracias Verónica!
07/04/2018
Dario Daniel Deberías publicarlo Cósmica. Deberías. Si un cara dura como yo lo hace...jajaj.
07/04/2018
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